martes, 23 de octubre de 2007

Historias de Claromachines - 1974 - La Primera



Darío Granato nos acerca una historia que, como a tantos de nosotros, nos conecta aún más a nuestras queridas Claromachines.

LA PRIMERA

En el año 1974 me hallaba con un grupo caminando desde Reta hasta el Caracolero (en ese entonces se acostumbraba decir cementerio de caracoles). Con un amigo nos separamos del grupo intentando mantener un ritmo de caminata más ágil porque el trayecto era bastante largo y el sol indicaba que ya había pasado el mediodia. Hoy sé que son algo más de 25 km (ida y vuelta) pero en ese entonces sin saberlo nos largamos a hacerlo sin la debida preparación, ni agua llevabamos.
El dia era muy caluroso y ya llevavamos bastante caminando cuando paso esta Claromachine y no dudamos en hacerle dedo (en ese entonces no eran tan frecuentes como ahora). Nos llevaron hasta el Caracolero y después regresamos con ellos hasta donde estaban acampando que calculo sería algún lugar entre el Médano Blanco y Campamento de Ambrosius. Allí tomamos estas fotos. En la que estoy de frente se pueden ver, por el desgaste, las telas del neumático delantero derecho. En la otra foto soy el que esta parado al fondo.
Fue mi primera experiencia con una Claromachine y un recuerdo imborrable, además de la ayuda que nos dieron acortando bastante el recorrido ya que a los otros caminantes los estuvimos esperando hasta la noche en la playa mientras iban llegando ampollados y sedientos.

¡GRACIAS UNA VEZ MAS DARIO!

lunes, 8 de octubre de 2007

La Pesadilla de unos, la alegría de tantos otros


A eso de las 18:30, cuando los guardavidas dan por concluida su labor, a lo lejos una melodía digital nos anuncia la llegada del Pochoclero de Claromecó. Para Elisa se repite una y otra y otra y otra vez en sus parlantes mientras el pochoclo calentito se apresta para acompañar la puesta de sol.
Esa musiquita tan particular, tan personal, tan persistente y tan insoportable ya es una leyenda que se transmite al oido (destruido muchas veces) de todos aquellos que frecuentamos Claromecó. Nos cansa, pero si no estuviera lo extrañaríamos todos.